Josué 8:7-27 Nueva Biblia al Día (NBD)

7. Entonces ustedes saldrán de su escondite y entrarán en la ciudad, porque Jehová nos la entregará.

8. Prendan fuego a la ciudad como Jehová lo ha ordenado. Bien, ya saben lo que tienen que hacer.

9. Se pusieron en marcha aquella noche y tendieron una emboscada entre Betel y el lado occidental de Hai. Pero Josué y el resto del ejército se quedaron en el campamento de Jericó.

10. A la mañana siguiente, temprano, Josué hizo que sus hombres se levantaran y emprendieron la marcha hacia Hai acompañados por los ancianos de Israel,

14. El rey de Hai, al ver a los israelitas al otro lado del valle, salió en la madrugada y los atacó en la llanura del Arabá. No sabía que había una emboscada detrás de la ciudad.

15. Josué y el ejército israelita huyeron a través del desierto como si estuvieran completamente derrotados,

16. y todos los soldados de la ciudad salieron en su persecución. La ciudad quedó indefensa.

17. No quedó un solo soldado en Hai, y las puertas de la ciudad quedaron abiertas de par en par.

18. Entonces Jehová le dijo a Josué:—Levanta tu lanza hacia Hai porque te entregaré la ciudad.

19. Cuando los hombres que estaban emboscados vieron la señal, salieron de su escondite y entraron en la ciudad y la tomaron y sin perder tiempo le prendieron fuego.

22. Los israelitas que estaban dentro de la ciudad salieron y comenzaron a atacar a sus enemigos por la retaguardia. Los hombres de Hai cayeron en la trampa y todos murieron. Ninguno sobrevivió ni escapó,

23. salvo el rey de Hai que fue capturado y llevado a la presencia de Josué.

24. Cuando el ejército de Israel terminó la matanza de todos los que estaban fuera de la ciudad, regresaron y acabaron con todos los que quedaban en ella.

25. De esta manera todos los habitantes de Hai, doce mil en total, fueron exterminados en ese día.

26. Josué había mantenido su lanza señalando hacia Hai hasta que la última persona murió.

27. Solamente el ganado y el botín no fueron destruidos, porque los soldados de Israel conservaron estas cosas para sí mismos. Jehová le había dicho a Josué que podían hacerlo.

Josué 8