14. Nunca había ocurrido antes ni jamás ha vuelto a ocurrir, que el Señor haya detenido el sol y la luna en respuesta a la voz de un hombre. Jehová estaba peleando por Israel.
15. Después Josué y el ejército israelita regresaron a Gilgal.
16. Durante la batalla los cinco reyes escaparon y se escondieron en una caverna en Maceda.
17. Cuando le llevaron a Josué la noticia de que habían sido encontrados,
18. ordenó que se pusiera una gran piedra contra la entrada de la cueva y que se pusiera guardia para que los reyes no escaparan.
19. Luego ordenó al resto del ejército:—Vayan en persecución del enemigo y atáquenlo por la retaguardia. No permitan que regresen a sus ciudades, porque Jehová nos ayudará a destruirlos completamente.
20. Josué y el ejército israelita siguieron la matanza y exterminaron a los cinco ejércitos, salvo un pequeño grupo que logró llegar a sus ciudades fortificadas.
21. Los israelitas regresaron al campamento en Maceda sin haber perdido un solo hombre. Después de esto, nadie se atrevió a atacar a Israel.
22-23. Josué ordenó a sus hombres que quitaran la piedra de la entrada de la cueva y sacaran a los cinco reyes, que eran los de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis, y Eglón.
24. Josué les dijo a los capitanes del ejército que pusieran sus pies sobre el cuello de los reyes.
25. —No teman ni desmayen —dijo Josué a sus hombres—. Sean fuertes y valientes, porque Jehová hará esto con todos nuestros enemigos.
26. Dicho esto, clavó su espada en cada uno de los reyes y los mató. Luego los colgó en cinco árboles hasta la tarde.