22. Inocente o culpable, para él da lo mismo, pues él destruye a uno y a otro.
23. Se ríe cuando la calamidad azota al inocente.
24. La tierra está en manos de los malvados; Dios venda los ojos de los jueces y los deja proceder injustamente. Si no es él, ¿quién es entonces?
25. »Veloz se me va la vida cargada de tragedia.
26. Mis años se esfuman como naves fugaces, como águila que se precipita sobre su presa.
27. Si yo resolviera olvidarme de mis quejas contra Dios, dar fin a mi tristeza y alegrarme,
28. él entonces volcaría aun mayores penas sobre mí. ¡Porque yo sé que no me tienen por inocente, oh Dios,
29. sino que me condenan! Entonces, ¿para qué esforzarme?
30. Aunque me lavara con el agua más pura y enjuagara mis manos con lejía para dejarlas sin mancha alguna,
31. aun así me hundirías en el albañal y el lodo; y hasta mi ropa sería menos inmunda de lo que tú me consideras.
32-33. »Y no puedo defenderme, pues Dios no es simple hombre como yo. Si lo fuera, podríamos discutir esto imparcialmente; pero no hay árbitro entre nosotros, no hay componedor, no hay mediador que nos concilie.
34. ¡Ay! Que deje de azotarme para que ya no tenga yo que vivir bajo el terror de su castigo.
35. Entonces podría hablarle sin temor, y decirle que yo no me considero culpable.