1. »¡Cuánto ha de batallar la humanidad! Prolongada y penosa es la vida del hombre, como vida de esclavo.
2. ¡Cómo anhela el fin de la jornada! ¡Cómo se esfuerza por llegar al fin de la semana y a su paga!
3. También a mí me han tocado meses desalentadores y largas noches fatigosas.
4. Al acostarme pienso, “¡Cuánto falta para el amanecer!” Y doy vueltas en la cama hasta el amanecer.
5. Tengo el cuerpo cubierto de gusanos y de costras. La carne se me revienta y brota el pus.
6. »Mis días se van más veloces que una lanzadera, y sin esperanza alguna llegan a su fin.
7. Recuerda, oh Dios, que mi vida es un suspiro; que ya no verán mis ojos la felicidad.
8. Hoy me ves, pero no será por mucho tiempo. Pronto verás mi cadáver.
13-14. Aun en la noche, cuando en el sueño procuro olvidar mi congoja, me aterrorizas con pesadillas.