1. Eliú prosiguió:
2. «Escúchenme, hombres sabios.
3. Podemos elegir los sonidos que deseemos escuchar; podemos escoger el sabor de la comida que queramos;
29-30. Pero si él prefiere no hablar, ¿quién podrá censurarlo? También él puede impedir que un hombre indigno llegue a gobernar, evitándole ruina a una nación; y puede con igual facilidad echar por tierra a una nación entera.