2. Entonces Eliú, hijo de Baraquel de Buz, perteneciente a la familia de los Ram, se enojó porque Job se negaba a reconocer que había pecado y a aceptar que Dios tenía justa causa para castigarlo.
11-12. He esperado todo este tiempo y he escuchado atentamente los argumentos de ustedes, pero ninguno de ellos ha convencido a Job de que es pecador, ni ha demostrado que lo sea.
13. Y no me vengan con aquello de que “sólo Dios puede convencer de su pecado al pecador".
14. Si Job hubiera estado discutiendo conmigo, ¡yo no le habría respondido con esa clase de lógica!
15. »Allí están contrariados; sin más argumentos.
16. ¿Tengo que continuar esperando mientras ustedes permanecen silenciosos?
17. No; yo también daré mi respuesta.
18. Porque me siento ansioso y lleno de palabras: mi espíritu me impulsa.
19. Estoy como un odre lleno de vino y sin salida. ¡Mis palabras están a punto de estallar!
20. Tengo que hablar para desahogarme; déjenme, pues, que dé mis respuestas.
21-22. No insistan en que sea prudente para no herir a nadie, ni me pidan que adule a alguien. Déjenme ser franco, no vaya a ser que Dios me haga caer muerto.