14. «Aquí no está», dicen los océanos; y los mares responden: «Ni aquí tampoco».
15. No puede comprarse con oro o plata,
16. ni con todo el oro refinado o las piedras preciosas de ónix y zafiro.
17. Ni el oro ni el cristal pueden compararse con la sabiduría, ni se cambia por áureas joyas.
18. El coral negro y el cristal de roca no tienen valor para obtenerla; vale mucho más que los rubíes.
19. Los topacios de Cus no pueden comprarla, ni tampoco el oro más fino.
20. ¿Dónde, entonces, obtenerla? ¿Dónde hallarla?
21. Porque está oculta a los ojos de la humanidad; ni las aves de aguda mirada que vuelan en el cielo pueden descubrirla.
22. ¡Pero la destrucción y la muerte dicen saber algo de ella!
23-24. Y Dios ciertamente sabe dónde se halla, porque él traspasa con la mirada toda la tierra y penetra todos los cielos.
25. El hace soplar los vientos y pone límite a los océanos.
26. Él establece las leyes de la lluvia y el sendero del relámpago.
27. Él sabe dónde se encuentra la sabiduría y lo declara a cuantos quieran escuchar. Él la estableció y la examinó plenamente.
28. Y esto dice él a todos los hombres: «Escuchen: temer al SEÑOR es verdadera sabiduría; abandonar el mal es verdadero entendimiento».