11. El consuelo de Dios, ¿será demasiado insignificante para ti? ¿Es su dulzura demasiado áspera?
12. ¿Qué haces, dejándote arrastrar por la ira? ¿Por qué te relampaguean los ojos?
13. ¿Por qué te vuelves contra Dios y le echas en cara todos estos perversos razonamientos?
14. »¿Qué hombre en toda la tierra podrá ser tan puro y justo como tú dices ser?
15. ¡Vaya! ¡Dios no confía ni siquiera en los ángeles! ¡Ni siquiera los cielos pueden ser absolutamente puros comparados con él!
16. ¡Cuánto menos uno como tú, corrupto y pecaminoso, que bebe el pecado como agua!