4. »Yo, que imploraba ayuda de Dios y de Dios obtenía respuesta, me he convertido en hazmerreír de mis vecinos. Sí, yo, varón justo, soy ahora objeto de burla.
5. Entre tanto, los ricos se mofan de los atribulados y están prontos a menospreciar a todos los menesterosos.
6. Los ladrones prosperan. ¡Y los que provocan a Dios viven confiados y piensan que pueden controlarlo!
10. Porque el alma de todo ser viviente y el hálito de toda la humanidad están en la mano de Dios.