10. y luego venir acá, ponerse ante mí en mi templo y canturrear «¡Salvos somos!», para volver inmediatamente a sus maldades?
11. ¿Será mi templo ante sus ojos sólo cueva de ladrones? ¡Pues para mí no es otra cosa ahora que cueva de ladrones!
12. Vayan a Siló, la ciudad que primero honré con mi nombre, y vean lo que le hice por culpa de la maldad de mi pueblo Israel.