24. ¡Ay Babilonia, te puse trampa y caíste, porque luchaste contra el SEÑOR!
25. El SEÑOR abrió su arsenal y sacó armas para hacer estallar su coraje sobre sus enemigos. El terror que cae sobre Babilonia será obra de Dios, el SEÑOR de los ejércitos.
26. ¡Sí, vengan contra ella desde tierras lejanas, irrumpan en sus graneros, derriben sus murallas y casas hasta convertirlas en un montón de ruinas y la arrasen por completo! ¡Que no quede nada en pie,
27. ni siquiera su ganado! ¡Ay de ellos también! ¡Mueran todos, porque ha llegado la hora de que Babilonia sea devastada!
28. Pero mi pueblo será librado; escaparán para regresar a su patria y contar cómo el SEÑOR Dios suyo se lanzó furioso contra quienes destruyeron su templo.
29. Manda a llamar arqueros que vengan contra Babilonia; rodea la ciudad para que nadie pueda escapar. Haz con ella como ella hizo con otros, pues envalentonada desafió al SEÑOR, al Santo de Israel.
30. Sus muchachos más valiosos caerán en la calle y morirán; todos sus guerreros serán muertos, dice el SEÑOR.