1. Mi pueblo peca como por encargo, como si sus maldades fueran leyes esculpidas con cincel de hierro o punta de diamante sobre su empedernido corazón o en las esquinas de sus altares.
2-3. Sus jóvenes son especialistas en cometer maldades, rinden homenaje a ídolos debajo de cada árbol, en lo alto de los montes o en las llanuras de abajo. Por eso entregaré yo todas sus propiedades valiosas a sus enemigos como precio que deben pagar por sus actos malvados.
4. Y la magnífica herencia que les tenía reservada se les escapará de las manos, y los enviaré a servir como esclavos a sus enemigos en tierras lejanas. Porque han provocado mi gran cólera la cual será muy difícil de aplacar.
21-22. El SEÑOR dice: Sigan la instrucción del SEÑOR para que vivan; no hagan trabajo innecesario el sábado, sino respétenlo como día apartado. Este mandamiento di a sus antepasados,