8. Oh Esperanza de Israel, Salvador nuestro en tiempos de aflicción, ¿por qué nos tratas como si fueras un extraño, como forastero de paso que sólo se detiene una noche, indiferente a lo que pasa?
9. ¿No tienes poder para salvarnos? ¡Oh SEÑOR, tú estás aquí en nuestro medio, y nosotros nos identificamos con tu nombre, como pueblo tuyo se nos conoce! ¡Oh SEÑOR, no nos abandones ahora!
10. Pero el SEÑOR responde: Se complacieron en alejarse de mí y no han procurado seguir las sendas que les señalé. Ahora ya no los aceptaré como pueblo mío, ahora recordaré todo el mal que han hecho, y castigaré sus pecados.