8. —¿A quién enviaré por mensajero a mi pueblo? ¿Quién irá?, oí al Señor preguntar.Y yo dije:—Señor ¡yo voy! Envíame a mí.
9. Él dijo:—¡Ve! Pero dile esto a mi pueblo: «Aunque una y otra vez oyen mis palabras, no quieren entenderlas. Por más que me ven hacer milagros repetidas veces, no quieren entender su significado».
10. Quítales la inteligencia, tápales los oídos y ciérrales los ojos. No quiero que vean, oigan ni entiendan, ni que se vuelvan a mí para que los sane.
11. Entonces dije:—Señor, ¿cuánto tiempo pasará antes que estén dispuestos a escuchar?Y él respondió:—No será sino hasta que sus ciudades sean destruidas y no quede persona con vida, y todo el país esté desolado,
12. y todos sean llevados como esclavos a países lejanos, y toda la tierra de Israel quede desierta.
13. Pero la décima parte, un remanente, sobrevivirá; y aunque Israel sea invadido y destruido una y otra vez, será como árbol talado que aún conserva vida para retoñar.