1. Escúchenme, todos los habitantes de lejanas tierras: El SEÑOR me llamó antes de mi nacimiento, desde el vientre de mi madre me llamó por mi nombre.
2. Dios hizo que mis palabras fueran como espadas afiladas. Él me ha ocultado en la sombra de su mano, soy como aguda flecha en su aljaba.
3. Él me dijo:Tú eres mi siervo, pueblo de Israel, y estoy muy orgulloso de ti.
4. Yo respondí:«Pero me dije: todo lo que hago es en vano; me he quedado sin fuerzas, y no he logrado nada. Sin embargo, lo que hago se lo debo al poder de Dios, y él será quien me dé mi recompensa».