22. Alce a mí los ojos el mundo entero en busca de salvación, porque yo soy Dios, y no hay otro.
23. Por mí mismo he jurado y jamás me retractaré, porque mi palabra es verdad, anuncio que toda rodilla en el mundo se doblará ante mí, y toda lengua jurará lealtad a mi nombre.
24. «En el SEÑOR reside toda mi justicia y fortaleza», dirá todo el pueblo. Y todos los que contra él estaban enojados, acudirán a él avergonzados.
25. En el SEÑOR todas las generaciones de Israel serán declaradas justas, y triunfarán.