4-5. Pero el SEÑOR me ha dicho esto:Cuando un león, aunque sea cachorro, mata una oveja, no se cuida de los gritos y ruidos del pastor, devora sin detenerse. De igual manera vendrá el SEÑOR y combatirá sobre el monte Sión. ¡No habrá quien lo amedrente! El SEÑOR todopoderoso se cernirá sobre Jerusalén como ave que revolotea en torno a su nido. Descenderá a la ciudad y la librará.
6. ¡Por lo tanto, oh pueblo mío, por más que ustedes sean malvados rebeldes, vengan, vuélvanse a Dios!
7. Yo sé que vendrá el día glorioso en que cada uno de ustedes arroje sus ídolos de oro e imágenes de plata que en su tiempo de iniquidad se habían hecho.
8. Y los asirios serán destruidos, pero no por espada manejada por algún hombre: ¡la espada de Dios los herirá! Se llenarán de pánico y huirán, y los vigorosos mancebos asirios serán llevados como esclavos.
9. Hasta sus generales temblarán aterrorizados y huirán al ver las banderas de guerra de Israel, dice el SEÑOR. Porque la llama de Dios arde vivamente en Jerusalén.