1. ¡Ay de mis hijos rebeldes!, dice el SEÑOR, ¡piden consejo de todos menos de mí, y resuelven hacer precisamente lo que yo no quiero! Hacen pactos sin mi consentimiento, y cometen pecados una y otra vez.
2. Porque sin consultarme han descendido a Egipto en busca de auxilio y han puesto su esperanza en que el faraón los proteja.
3. Pero al confiar en el faraón se verán desengañados, humillados y avergonzados, pues él no podrá librarlos con base sólo en promesas.
4. Pues aunque su poder se extienda hasta los territorios de Zoán y Janes,
5. todo terminará en vergüenza para ti. Él no podrá ayudarte en lo más mínimo.
6. Véanlos avanzar lentamente a través del terrible desierto hacia Egipto, con burros y camellos cargados de tesoros para pagar el auxilio de Egipto. Atraviesan los yermos habitados por leones y veloces víboras. ¡Pero Egipto no les dará nada en cambio!
10-11. A mis profetas les dicen:«¡A callar! ¡Basta de mensajes suyos!»O dicen:«No nos digan la verdad, dígannos algo agradable, dígannos mentiras alegres. Olvídense ya de esas cosas tristes que anuncian, ya hemos oído más que suficiente de su Santo de Israel».