Hechos 9:10-24 Nueva Biblia al Día (NBD)

10. Vivía en Damasco un discípulo llamado Ananías, y el Señor le habló en visión:—¡Ananías!—Aquí estoy, Señor -respondió.

11. —Vete a la calle la Derecha, a la casa de un hombre llamado Judas. Pregunta allí por Saulo de Tarso. Ahora mismo él está orando, porque

12. yo le he mostrado en visión a un hombre llamado Ananías que se le acerca y le pone las manos en la cabeza para que recupere la vista.

13. —Pero, Señor —exclamó Ananías—, he oído contar cosas horribles acerca de ese hombre, y de todo el mal que ha causado a tus santos en Jerusalén.

14. Y sabemos que tiene órdenes de arresto, firmadas por los principales sacerdotes, para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.

15. —Ve y haz lo que te digo —le respondió el Señor—. Yo lo he escogido para que pregone mi nombre tanto entre las naciones, delante de reyes, como al pueblo de Israel.

16. Y yo le mostraré cuánto tendrá que sufrir por mi nombre.

17. Ananías obedeció. Al llegar a donde estaba Saulo, le puso las manos encima y le dijo:—Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.

18. Al instante recobró la vista y cayeron de sus ojos algo así como escamas. Inmediatamente Ananías lo bautizó.

19. Luego comió para recuperar sus fuerzas.Después de permanecer con los discípulos de Damasco varios días,

20. se fue por las sinagogas afirmando que Jesús era el Hijo de Dios.

21. Los que lo escuchaban estaban confundidos y se preguntaban:—¿No es éste el mismo que perseguía a muerte a los que invocan este nombre en Jerusalén? Según sabíamos, venía a arrestarlos y a llevarlos encadenados ante los principales sacerdotes.

22. Saulo, mientras tanto, se volvía cada vez más ferviente en la predicación, y los judíos de Damasco no podían refutarle los argumentos con que probaba que Jesús era el Mesías.

23. Después de muchos días, los judíos decidieron matarlo,

24. pero el plan llegó a oídos de Saulo. Y como sus enemigos vigilaban día y noche las puertas de la ciudad para matarlo,

Hechos 9