9. Entonces Festo, queriendo quedar bien con los judíos, le preguntó:—¿Quieres que yo mismo te juzgue en Jerusalén?
10. Pablo contestó: —Aquí, en el tribunal del emperador, es donde se me debe juzgar. No le he hecho nada malo a los judíos, usted lo sabe muy bien.
11. Si he hecho algo que merezca la muerte, no me niego a morir. Pero si no son ciertas las acusaciones que han presentado contra mí estos judíos, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos. ¡Qué me juzgue el emperador!
12. Festo habló con sus consejeros y después dijo:—Haz pedido que te juzgue el emperador. ¡El emperador te juzgará!
13. Habían pasado algunos días, y el rey Agripa, acompañado de Berenice, fue a Cesarea a visitar a Festo.
14. Como estuvieron allí varios días, Festo le contó al rey el caso de Pablo.Le dijo: —Hay aquí un hombre que Félix dejó preso.