Hechos 25:4-21 Nueva Biblia al Día (NBD)

4. Pero Festo les respondió: “Pablo está preso en Cesarea, y dentro de poco yo mismo iré para allá.

5. Que vengan conmigo los dirigentes de ustedes y que allí lo acusen, si es que él ha hecho algo malo.”

6. Festo estuvo entre los judíos unos ocho o diez días, después bajó a Cesarea. Al día siguiente ocupó su silla en el tribunal y mandó que le trajeran a Pablo.

7. Cuando éste entró, los judíos que venían de Jerusalén lo rodearon y acusaron de cosas muy malas. Pero no pudieron probar que eran ciertas.

8. Pablo se defendió diciendo: No he hecho nada malo, ni contra la ley de los judíos ni contra el templo ni contra el emperador.

9. Entonces Festo, queriendo quedar bien con los judíos, le preguntó:—¿Quieres que yo mismo te juzgue en Jerusalén?

10. Pablo contestó: —Aquí, en el tribunal del emperador, es donde se me debe juzgar. No le he hecho nada malo a los judíos, usted lo sabe muy bien.

11. Si he hecho algo que merezca la muerte, no me niego a morir. Pero si no son ciertas las acusaciones que han presentado contra mí estos judíos, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos. ¡Qué me juzgue el emperador!

12. Festo habló con sus consejeros y después dijo:—Haz pedido que te juzgue el emperador. ¡El emperador te juzgará!

13. Habían pasado algunos días, y el rey Agripa, acompañado de Berenice, fue a Cesarea a visitar a Festo.

14. Como estuvieron allí varios días, Festo le contó al rey el caso de Pablo.Le dijo: —Hay aquí un hombre que Félix dejó preso.

15. Cuando fui a Jerusalén, los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos lo acusaron de varias cosas. Ellos exigieron que se le condenara.

16. Yo les dije que no es costumbre de los romanos entregar a nadie sin que antes vea a sus acusadores y se le dé la oportunidad de defenderse.

17. Cuando ellos vinieron a mí, sin perder tiempo me preparé para juzgarlo al día siguiente. Luego mandé traer a este hombre.

18. Pero sus acusadores no presentaron contra él ninguno de los delitos que yo pensaba.

19. Lo acusaron de cosas que tenían que ver con su religión, y de que Pablo asegura que un tal Jesús, que ya murió, está vivo.

20. Sin saber cómo resolver este caso, le pregunté si estaría dispuesto a que yo lo juzgara en Jerusalén.

21. Pero como Pablo pidió que el emperador fuera el que lo juzgara, ordené que lo dejaran preso hasta que lo pueda enviar a Roma.

Hechos 25