20. El muchacho le dijo: —Los judíos se han puesto de acuerdo para pedirle que lleve mañana a Pablo ante el Consejo. Ellos pondrán como pretexto que quieren obtener más información acerca de él.
21. No les haga caso. En el camino habrá más de cuarenta hombres escondidos que lo estarán esperando. Ellos han jurado que no comerán ni beberán hasta que lo hayan matado, y que les caerá una maldición si no lo hacen. Ya están listos, sólo esperan que usted les conceda lo que le piden.
22. El comandante despidió al muchacho y le dijo:—No le digas a nadie que me has dicho esto.
23. El comandante llamó a dos de sus capitanes y les ordenó:—Preparen doscientos soldados de infantería, setenta de caballería y doscientos que lleven lanzas para que vayan a Cesarea esta noche a las nueve.
24. También preparen caballos para llevar a Pablo sano y salvo al gobernador Félix.
25. Además, envió una carta que decía:
26. De Claudio Lisias para su excelencia el gobernador Félix:
27. Los judíos arrestaron a este hombre y estaban a punto de matarlo. Cuando yo me enteré de que es ciudadano romano llegué con mis soldados y lo rescaté.
28. Luego lo llevé al Consejo judío pues quería saber de qué lo acusaban.
29. Me di cuenta que lo acusaban de cosas que tienen que ver con su ley. Pero ninguno de los cargos contra él merecía que lo mataran o lo tuvieran en la cárcel.
30. Cuando me avisaron de los planes que tenían en contra de este hombre, decidí enviarlo a usted de inmediato. Les ordené a los que lo acusan que presenten ante usted los cargos que tienen contra él.