33. »Jamás he codiciado el dinero ni la ropa lujosa de nadie.
34. Ustedes saben que con estas manos he trabajado para ganar el sustento propio y el de los que andaban conmigo.
35. Y les fui un ejemplo constante de cómo se debe ayudar a los pobres y recordar las palabras del Señor Jesús que dicen: “Hay más dicha en dar que en recibir”.»
36. Al terminar el discurso, se arrodilló y oró con ellos.
37. Luego se fueron despidiendo de él, abrazándolo y besándolo. No podían contener el llanto