2. Como Timoteo tenía buen testimonio de los hermanos de Listra e Iconio,
3. Pablo le pidió que fuera con él. Y como todos los judíos de esa región sabían que no estaba circuncidado, porque su padre era griego, Pablo lo circuncidó.
4. Y de ciudad en ciudad fueron comunicando la decisión que habían tomado los apóstoles y los ancianos en Jerusalén.
5. De esta forma, las iglesias se afianzaban en la fe y crecían en número todos los días.
6. Luego atravesaron Frigia y Galacia, porque el Espíritu Santo les prohibió predicar en la provincia de Asia.
7. Luego llegaron a Misia y quisieron ir hasta la provincia de Bitinia; pero el Espíritu les ordenó que no lo hicieran.
8. En vista de esto, atravesaron la provincia de Misia y llegaron a Troas.
9. Aquella noche, Pablo tuvo una visión. En el sueño vio a un varón de Macedonia que le suplicaba: “Ven y ayúdanos”.
10. Inmediatamente nos fuimos a Macedonia, seguros de que Dios nos estaba llamando allá a predicar las buenas noticias.
11. En Troas tomamos un barco y navegamos hacia Samotracia, y de allí, el siguiente día, a Neápolis.
12. Por último, llegamos a Filipos, colonia romana situada en Macedonia, y nos quedamos allí varios días.