27. Judas y Silas confirmarán personalmente lo que les escribimos.
28. »Nos ha parecido bien, al Espíritu Santo y a nosotros, no imponer sobre ustedes ninguna carga aparte de lo siguiente:
29. Sólo les pedimos que se abstengan de comer carnes ofrecidas a los ídolos, sangre, animales ahogados, y que, por supuesto, se aparten de los vicios sexuales. Bastará que se abstengan de estas cosas.Los saludamos con nuestros mejores deseos».
30. Los cuatro mensajeros partieron inmediatamente rumbo a Antioquía, donde convocaron a la congregación y le entregaron la carta.
31. Un júbilo desbordante llenó a los hermanos cuando leyeron tan alentador mensaje.