Hechos 10:12-31 Nueva Biblia al Día (NBD)

12. En el lienzo había toda clase de cuadrúpedos, reptiles y pájaros.

13. —Pedro —le dijo una voz—, mata y come.

14. —¡Señor, no! —exclamó Pedro—. Jamás he comido animales impuros o inmundos.

15. —Le volvió a decir la voz—: Lo que Dios ha limpiado, no lo llames impuro.

16. La misma visión se le presentó tres veces. Luego el lienzo volvió a ser recogido en el cielo.

17. Pedro quedó perplejo. ¿Qué significaría aquella visión?En aquel preciso momento, los hombres de Cornelio ya habían encontrado la casa y estaban de pie a la puerta,

18. preguntando si allí estaba Simón Pedro.

19. Pedro, que estaba tratando de descifrar el significado de la visión, escuchó que el Espíritu Santo le decía:—Tres hombres han venido a verte.

20. Date prisa, baja y ve con ellos. Yo los he enviado.

21. Pedro bajó entonces.—Yo soy el hombre que ustedes andan buscando —les dijo—. ¿Qué desean?

22. Entonces le contaron cómo a Cornelio, oficial del ejército romano, hombre bueno y piadoso, de buena reputación entre los judíos, un ángel le había ordenado que mandara a buscar a Pedro para que le dijera lo que Dios quería de él.

23. Pedro entonces los invitó a pasar y los albergó aquella noche. Por la mañana, partió con ellos, acompañado de algunos creyentes de Jope.

24. Llegaron a Cesarea al día siguiente. Cornelio, que los estaba esperando, había reunido a sus familiares y amigos más íntimos.

25. Al entrar a la casa, Cornelio se arrodilló en el suelo delante de él para adorarlo.

26. —¡Levántate! —le dijo Pedro—. ¡Yo soy un hombre como tú!

27. Tras intercambiar algunas palabras, fueron a donde los demás estaban reunidos.

28. Entonces Pedro les dijo:—Ustedes saben que al entrar yo aquí estoy quebrantando la ley judía que prohíbe entrar a la casa de un gentil. Pero Dios me ha mostrado en visión que no debo considerar profana o impura a ninguna persona.

29. Por eso vine tan pronto como llegaron a buscarme. Díganme, pues, qué desean.

30. —Hace cuatro días —contestó Cornelio—, mientras oraba en la tarde como es mi costumbre, se me presentó de pronto un hombre vestido con un manto resplandeciente.

31. “Cornelio”, me dijo, “Dios ha tomado en cuenta tus oraciones y tus limosnas.

Hechos 10