38. A estos, que anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas, el mundo no los merecía.
39. Y aunque todos fueron aprobados por su fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa.
40. Es que Dios tenía preparado algo mejor: los perfeccionará a ellos cuando nosotros también lo seamos.