19. Si ustedes en verdad son honrados, entonces uno de ustedes se quedará encadenado en la cárcel y los demás podrán volver con el trigo para su familia.
20. Pero tendrán que regresar trayendo a su hermano menor. De esta manera sabré si me están diciendo la verdad. Si han dicho la verdad, los dejaré libres.Y ellos estuvieron de acuerdo con esta proposición.
21. Luego se pusieron a conversar entre ellos y decían:—Esto nos ha ocurrido como consecuencia de lo que le hicimos a José en nuestra juventud. Vimos el terror y la angustia suya y oímos sus ruegos, pero no le hicimos caso.
22. —Yo les dije que no lo hicieran —dijo Rubén—, pero no me quisieron hacer caso. Ahora tendremos que pagar por lo que hicimos.
23. Desde luego, ellos no sabían que José les entendía, ya que les había hablado por medio de un intérprete.
24. José entonces salió de la sala y buscó un lugar para llorar. Cuando volvió, escogió a Simeón y lo hizo atar delante de ellos.
25. José, entonces, ordenó a sus esclavos que llenaran los costales de los hombres. Pero también ordenó que dentro de los costales colocaran el dinero que sus hermanos habían pagado por el trigo. Además les dio comida para el camino.
26. Ellos cargaron el trigo en los burros y emprendieron el viaje de regreso.
27. Cuando se detuvieron para pasar la noche, uno de ellos abrió su costal para sacar grano, para dar de comer a sus animales y, ¡encontró el dinero dentro del costal!
28. —¡Miren! —le dijo a sus hermanos—, ¡el dinero que yo pagué está en mi costal!Quedaron todos llenos de terror. Temblando se decían unos a otros:—¿Qué es lo que Dios nos ha hecho?
29. En ese estado llegaron a Canaán y le contaron a su padre Jacob todo lo que les había ocurrido.
30. —El hombre que gobierna ese país nos habló en forma muy severa —le dijeron—, y nos tomó por espías.