18. y solamente mis gritos me salvaron! ¡Al salir corriendo se le quedó su manto!
19. Cuando Potifar oyó esto, se enfureció.
20. Tomó preso a José y lo echó en la cárcel donde tenían encadenados a los prisioneros del rey.
21. Pero el SEÑOR estuvo con José también allí y le mostró su amor, permitiendo que se ganara la confianza del carcelero.
22. El hecho es que el carcelero pronto le entregó el cuidado de los prisioneros y lo dejó a cargo de todo lo demás que se hacía en la cárcel.
23. Por eso, el carcelero ya no se preocupaba de nada, porque José tenía cuidado de cada cosa y el SEÑOR hacía que todas las cosas le salieran bien.