8. Entonces Judá le dijo a Onán, hermano de Er:—Tienes que casarte con Tamar, conforme a lo que nuestra ley exige del hermano del muerto. Así los hijos que ella tenga serán los herederos de tu hermano.
9. Pero Onán no quería tener hijos que no se consideraran suyos, sino de su hermano. Por eso, aunque se casó con Tamar, cada vez que tenía relaciones sexuales con ella derramaba el semen fuera. De esa manera evitaba darle hijos a su hermano.
10. Esto le pareció muy malo a Dios, y lo mató también a él.
11. Entonces Judá le dijo a Tamar, su nuera, que no se casara por el momento y que se quedara en la casa de sus padres, hasta que Selá tuviera edad suficiente para casarse con ella. Realmente era una excusa, porque temía que su hijo menor también muriera al casarse con ella. Tamar, pues, volvió a vivir con sus padres.
12. Pasó el tiempo, y la esposa de Judá, que era hija de Súa, murió. Cuando terminó el tiempo del duelo, Judá y su amigo Hirá, el adulanita, fueron a Timnat a esquilar las ovejas.
13. Alguien le dijo a Tamar que su suegro iba a Timnat a esquilar las ovejas.
14. Entonces ella, comprendiendo que él no iba a dejarla casar con Selá, a pesar de que él ya tenía edad suficiente, se quitó la ropa de viuda, se cubrió con un velo para no ser reconocida, y se sentó junto al camino, a la entrada de Enayin, que está en el camino a Timnat.
15. Judá la vio al pasar y creyó que era una prostituta, ya que tenía el rostro cubierto con un velo.
16. Él se detuvo y le propuso que lo dejara acostarse con ella, sin darse cuenta de que era su nuera.—¿Cuánto me pagarás? —preguntó ella.
17. —Te enviaré un cabrito de mi rebaño —prometió él.—¿Qué prendas me darás para que tenga la seguridad de que me lo vas a mandar? —preguntó ella.
18. —Bien, ¿qué es lo que quieres? —preguntó Judá.—Dame el sello que usas para identificarte, tu cordón y tu bastón —respondió ella. Él le entregó las prendas, y tuvieron relaciones sexuales. Ella quedó embarazada