Génesis 34:1-21 Nueva Biblia al Día (NBD)

1. Dina, la hija de Lea, salió un día a visitar a algunas de las muchachas del lugar.

2. Y la vio Siquén hijo de Jamor, el jefe de los heveos. Entonces la agarró a la fuerza y la violó.

3. Pero Siquén quedó profundamente enamorado de ella y trató de ganarse su cariño.

4. Por eso le dijo a su padre:—Vé y pídeme a esa joven por esposa, pues quiero casarme con ella.

5. Cuando Jacob se enteró de que Siquén había violado a su hija Dina, sus hijos estaban en el campo pastoreando el ganado, de modo que no hizo nada hasta el regreso de ellos.

8. Pero Jamor les dijo:—Mi hijo Siquén está muy enamorado de la hermana de ustedes. Por favor, permítanle casarse con ella.

11. Siquén también les dijo a Jacob y a los hermanos de Dina:—Sean bondadosos conmigo y dénmela por esposa. Yo les daré cualquier cosa que pidan.

12. No importa que la dote que pidan sea muy alta, yo la pagaré. Pero, ¡denme a la muchacha por esposa!

13. Los hermanos de Dina entonces les mintieron a Siquén y a Jamor, pues les respondieron con engaños. Hicieron esto en venganza por lo que Siquén le había hecho a Dina.

14. Así que les dijeron:—A nosotros no nos está permitido entregarle nuestra hermana a un hombre que no está circuncidado. ¡Eso sería una deshonra para nosotros!

15-16. Ahora bien, si ustedes aceptan que todo varón entre ustedes se circuncide, entonces podremos darles nuestras hijas para que se casen con ellas. Además, nuestros hijos podrían casarse con las hijas de ustedes. Esa es la condición que les ponemos. Entonces nos quedaremos a vivir con ustedes y formaremos un solo pueblo.

17. Si no es así nos iremos de aquí y nos llevaremos a nuestra hermana.

18-19. Jamor y Siquén aceptaron gustosamente la propuesta. Y como Siquén estaba tan enamorado de Dina, no vaciló en circuncidarse inmediatamente. Siquén estaba seguro de que podría convencer a todos los hombres de la ciudad, pues gozaba del respeto de todos ellos.

20. Así que Jamor y Siquén regresaron a la ciudad y se presentaron ante el concejo de la ciudad para hacer su petición.

21. —Estos hombres son amigos nuestros —dijeron—. Invitémosles a vivir entre nosotros y a que tengan sus negocios aquí, pues la tierra que tenemos es suficientemente extensa. Nosotros podremos casarnos con sus hijas, y ellos con las nuestras.

Génesis 34