21. Así que Jacob le envió a Esaú los regalos por adelantado, y él pasó la noche en el campamento.
22-24. Pero durante la noche, Jacob se levantó y despertó a sus dos esposas, a las concubinas y a los once hijos y los hizo cruzar el Jordán por el vado de Jaboc. Enseguida regresó al campamento y se quedó solo allí. Y un varón luchó con él hasta el alba.
25. Cuando el varón vio que no podía ganar la lucha, hirió a Jacob en la articulación de la cadera y se la dislocó.
26. Entonces el varón le dijo:—Déjame ir, porque ya amanece.Pero Jacob le contestó:—No te soltaré si no me bendices.
27. —¿Cómo te llamas? —le preguntó el varón.—Jacob —fue la respuesta.
28. —Ese ya no será tu nombre —le dijo el varón—. A partir de hoy te llamarás Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has ganado.
29. Jacob le preguntó:—¿Cómo te llamas?—¿Por qué me lo preguntas? —le dijo aquel varón.Luego bendijo a Jacob.
30. A aquel lugar Jacob le puso Peniel (rostro de Dios), porque dijo: «Vi a Dios cara a cara y me dejó con vida».
31. Salía el sol cuando Jacob emprendió el camino, y renqueaba a causa de su cadera.
32. (Esta es la razón por la que el pueblo de Israel, hasta este día, no come del tendón que está en la articulación de la cadera, porque en esa parte Jacob fue herido.)