Génesis 31:23-41 Nueva Biblia al Día (NBD)

23. Entonces, tomando a varios de sus familiares con él, salió en afanosa persecución, hasta que los alcanzó siete días después en el monte Galaad.

24. Aquella noche Dios se le apareció a Labán, el arameo, en sueños, y le dijo: «¡No te atrevas a tratar mal a Jacob!»

25. Labán, finalmente, encontró a Jacob cuando éste estaba acampado en los montes de Galaad. Labán también acampó allí, junto con los familiares que lo acompañaban,

26. y le dijo a Jacob:—¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué me engañaste y te trajiste a mis hijas como si fueran prisioneras de guerra?

27. ¿Por qué no me diste la oportunidad de hacer una despedida con canciones, orquestas y arpa?

28. ¿Por qué no dejaste que besara a mis nietos para despedirme de ellos? Tu manera de actuar ha sido muy extraña.

29. Yo podría causarte bastante daño, pero anoche se me apareció el Dios de tu padre y me dijo: «¡No te atrevas a tratar mal a Jacob!»

30. Pero, mira, si pensabas que debías partir, y tanto extrañabas el hogar de tu niñez, ¿por qué has robado mis ídolos?

31. Jacob le respondió:—Yo huí porque tenía miedo. Pensé: «Él me quitará a sus hijas por la fuerza».

32. Pero en cuanto a tus ídolos no tengo ni idea. Si alguno de nosotros te los robó, entonces que sea castigado con la muerte. Si encuentras una sola cosa que te hayamos robado, te juro delante de todos estos hombres, que te la podrás llevar sin ningún problema.Jacob dijo esto porque no sabía que Raquel se los había robado.

33. Labán entró primero a la tienda de Jacob a buscar los ídolos, luego a la de Lea y de allí a las de las dos concubinas, pero no encontró nada en ellas. Finalmente entró a la tienda de Raquel.

34. Como recordarán, Raquel era la que se había robado los ídolos. Ella los había escondido en la silla de su camello y estaba sentada sobre ellos. Aunque Labán buscó en toda la tienda, nada encontró.

35. Raquel le dijo a Labán:—Padre, perdóname que no me levante, pero estoy con la menstruación.Labán siguió buscando sus ídolos, pero no los encontró.

36. Entonces Jacob se enojó, y en tono fuerte le dijo a Labán:—¿Qué mal te he hecho, para que me hayas perseguido como si yo fuera un criminal?

37. ¡Has registrado todas mis cosas! Dime, ¿encontraste algo que sea tuyo? Si es así, entonces, colócalo aquí para que todos los que están aquí lo vean y digan quién tiene la razón.

38. Veinte años te serví y todo ese tiempo cuidé tus ovejas y tus cabras para que tuvieran crías sanas, y jamás saqué un cordero de los tuyos para comérmelo.

39. Si alguno era atacado por los animales salvajes y moría, yo me hacía cargo de la pérdida. Me hacías pagar cada animal que se robaban, fuera mía la culpa o no.

40. En el día me quemaba el sol y en la noche tiritaba de frío. ¡A veces ni siquiera podía dormir!

41. Sí, veinte años: catorce para pagar tus dos hijas, y seis para formar mis rebaños. ¡Y muchas veces me cambiaste el salario!

Génesis 31