22. Entonces Dios tuvo compasión de Raquel, y le respondió sus oraciones, pues le permitió tener hijos.
23-24. Así que ella quedó embarazada, y dio a luz un hijo. A este hijo, Raquel le puso por nombre José (que añada otro), porque dijo: «Dios ha quitado la humillación que había sobre mí». Luego añadió: «¡Qué bueno sería que el SEÑOR me diera otro hijo».
25. Poco después de que José nació, Jacob le dijo a Labán:
26. —Quiero volver a mi tierra. Permíteme llevarme a mis esposas y a mis hijos, porque yo los gané con mi trabajo. Tú sabes que te los he pagado con mis servicios.
27. —No me dejes, por favor —respondió Labán—. Por adivinación me he enterado de que el SEÑOR me ha bendecido a través de ti.
28. Dime qué salario quieres recibir, y yo te lo pagaré.
29. Jacob contestó:—Tú sabes con cuánta fidelidad te he servido durante todos estos años, y cómo, debido a mis cuidados, han aumentado tus rebaños.