28. Abraham puso aparte siete corderas del rebaño.
29. Entonces Abimélec le preguntó:—¿Para qué son esas siete corderas que has separado?
30. Abraham contestó:—Es un regalo que te hago como confirmación pública de que este pozo es mío.
31. Desde ese momento el pozo fue llamado Berseba (pozo del juramento), porque allí los dos hicieron un juramento.
32. Después de haber hecho este pacto en Berseba, el rey Abimélec y Ficol, el comandante de su ejército, volvieron al país de los filisteos.
33. Y Abraham plantó un árbol tamarisco allí en Berseba, e invocó el nombre del SEÑOR, el Dios eterno.
34. Y vivió Abraham en Filistea durante mucho tiempo.