12. No lo recibí ni aprendí de ninguna persona, sino que fue Jesucristo mismo quien me lo enseñó.
13. Ya estarán enterados de mi conducta cuando era de la religión judía. Saben que implacablemente perseguí a la iglesia de Dios y que me esforcé por erradicarla de la tierra.
14. Yo era el más ferviente de mis contemporáneos de mi misma edad, y trataba por todos los medios de cumplir con las reglas tradicionales de mis antepasados.
15. Sin embargo, Dios me había escogido desde antes que yo naciera, y me llamó por su gracia. Y cuando él quiso
16. revelarme a su Hijo, para que fuera a predicarlo entre los gentiles, no fui inmediatamente a consultar con nadie,
17. ni corrí a Jerusalén a consultar a los que eran apóstoles antes que yo. Al contrario, fui de inmediato a la región de Arabia y después regresé a la ciudad de Damasco.
18. Tres años más tarde fui a Jerusalén a hablar con Pedro y estuve con él quince días.
19. Aparte de él, al único apóstol que vi fue a Jacobo, el hermano de nuestro Señor.
20. Delante de Dios les aseguro que esto fue lo que sucedió; no miento.
21. Después fui a las regiones de Siria y Cilicia.
22. Pero las iglesias de Judea todavía no me conocían personalmente.
23. Sólo sabían lo que se andaba diciendo: que el antiguo enemigo de los cristianos estaba pregonando la fe que había tratado de destruir.
24. Y glorificaban a Dios a causa de mí.