4. »Luego me condujo a través del pasillo de entrada del norte hasta el frente del templo. Miré y vi la presencia majestuosa del SEÑOR que llenaba el templo, y caí rostro en tierra».
5. Y el SEÑOR me dijo: «Hombre mortal, presta atención, abre bien tus ojos y oídos. Escucha todo lo que yo digo respecto a las leyes y ordenanzas relativas al templo del SEÑOR. Presta atención en cuanto a quiénes pueden ser admitidos al templo, y quiénes han de estar excluidos de él.
6. »Y di a estos tercos, los pueblo de Israel: El SEÑOR Dios dice: “¡Oh israelitas, han hecho maldades en gran manera,
7. permitiendo que los paganos entraran en mi santuario —aquellos cuyo corazón no se interesa en Dios— cuando me ofrecen mi comida, la grasa y la sangre! Así han roto mi convenio, además de todas las demás maldades que han cometido.
8. No han observado las leyes que yo les di respecto a estas cosas exclusivas, pues han empleado extranjeros para que se hagan cargo de mi santuario”.