2. «Hombre mortal, hubo dos hermanas quienes aún siendo jóvenes se volvieron prostitutas.
3. En Egipto fue donde desde muy jóvenes se entregaron a su lascivia.
4. La mayor se llamaba Aholá, y su hermana Aholibá (¡Estoy hablando de Samaria y Jerusalén!)
5. Me casé con ellas, y me dieron hijos e hijas. Pero luego Aholá se volvió a otros dioses en vez de mí, y entregó su amor a los asirios, vecinos suyos,
6. pues eran todos jóvenes atractivos, capitanes y comandantes, vestidos de uniforme azul, cabalgando sobre sus caballos de guerra.
7. Y así ella cometió adulterio con ellos —los hombres más escogidos de Asiria— rindiendo homenaje a sus ídolos, degradándose.
8. Pues cuando dejó Egipto, no perdió su gusto por la prostitución, por lo que aún ahora es tan disoluta como en su juventud, cuando los egipcios volcaron sus deseos impuros sobre ella y le robaron su virginidad.
9. Por ello la entregué en las garras de los asirios cuyos dioses ella amaba tanto.
14-15. En realidad, ella se degradó aun más que Samaria, ¡pues hasta se enamoró de cuadros que ella vio pintados sobre una pared! Eran cuadros de militares babilónicos, vestidos con uniformes de rojo llamativo, con lindos cinturones y turbantes ondeantes sobre sus cabezas.
16. Cuando ella vio esos cuadros anheló entregarse a los hombres allí retratados, así que envió mensajeros a Caldea para invitarlos a venir a ella.
17. Y ellos vinieron y cometieron adulterio con ella, contaminándola en su lecho de amor, pero después ella los odió y quebró las relaciones con ellos.
18. Y yo la desprecié, tal como había despreciado a su hermana, pues ella se expuso delante de ellos y se entregó a sus pasiones.
19. Pero eso no la molestó. Se entregó a prostituciones aún mayores, pecando con los hombres sensuales que recordaba de su juventud de prostituta en Egipto.
20. Y vivió enamorada de esos lujuriosos que no piensan más que en orgías y violaciones.
21. ¡Y así celebraste aquellos días pasados cuando como una doncella entregaste tu virginidad a aquellos de Egipto!
22. »¡Y ahora el SEÑOR Dios dice que se pondrá en tu contra, oh Aholibá (Jerusalén), esas mismas naciones de las que te alejaste disgustada!
23. Pues los de Babilonia vendrán, y todos los caldeos de Pecod, Soa y Coa, y todos los asirios con ellos, jóvenes apuestos de alto rango, cabalgando sobre sus caballos de guerra.
24. Vendrán contra ti desde el norte con carros de guerra y carretas llenas de pertrechos y un gran ejército armado hasta los dientes y listos para el ataque. Te rodearán por todos los costados hombres armados, y te dejaré a su merced para que hagan lo que quieran contigo.
25. Y yo también estaré contra ti y te atacaré con furia, cortándote la nariz y las orejas. Los que sobrevivan serán rematados; tus hijos serán llevados como esclavos, y todo lo que quede será quemado.