1. Otro mensaje me vino de parte del SEÑOR:
2. «Hombre mortal, acusa a Jerusalén como la Ciudad de Homicidios. Denuncia públicamente sus terribles hechos, su derramamiento de sangre inocente.
3. Ciudad de Homicidios, condenada y sentenciada, ciudad de ídolos, contaminada e inmunda,
4. eres culpable tanto de homicidio como de idolatría. Ahora llega tu día de condenación. Has llegado al límite de tus años. Yo te haré el hazmerreír y motivo de burla de todas las naciones del mundo.
5. ¡De cerca y desde lejos se burlarán de ti, tu fama caída hasta el suelo!
18-20. «Hombre mortal, el pueblo de Israel es como la escoria sin valor que queda cuando la plata es fundida. Es como la hez compuesta de bronce, estaño, hierro y plomo. Por lo tanto el SEÑOR Dios dice: Por cuanto ustedes son escoria sin valor, los traeré a mi crisol en Jerusalén, para fundirlos con el fuego de mi cólera.