39. »Oh Israel, el SEÑOR Dios dice: “Si ustedes insisten en rendir homenaje a sus ídolos, adelante, ¡pero entonces no me traigan regalos a mí también! ¡Tal falta de respeto y consideración hacia mí debe cesar de inmediato!
40. ¡Porque en Jerusalén, en mi monte escogido, dice el SEÑOR, todo Israel estará consagrado y dedicado a mí solamente! Allí yo los aceptaré, y demandaré sus ofrendas y sus más espléndidos dones.
41. Ustedes serán para mí como una ofrenda de perfume suave cuando los traiga de vuelta del exilio, y las naciones notarán el gran cambio de sus corazones al ver el cambio de sus conductas.
42. Entonces cuando los haya traído de regreso a la tierra que prometí a sus antepasados sabrán que yo soy el SEÑOR.
43. Entonces se acordarán de sus maldades y se avergonzarán y sentirán remordimientos a causa de todo el mal que han hecho.
44. ¡Y cuando yo haya honrado mi nombre haciéndoles toda clase de bien a pesar de su maldad, entonces, oh Israel, ustedes sabrán que yo soy el SEÑOR!”»
45. Luego me vino este mensaje del SEÑOR:
46. «Hombre mortal, mira hacia Jerusalén, y habla contra ella y los bosques del sur.
47. Profetiza y di: Oye el mensaje del SEÑOR. ¡Yo te incendiaré, oh bosque, y todos los árboles perecerán, los verdes y los secos por igual! Las terribles llamas no se apagarán y chamuscarán el mundo entero.
48. Y todo el mundo verá que yo, el SEÑOR, los he encendido. No serán apagadas las voraces llamas».
49. Entonces yo dije: «¡Oh SEÑOR, ellos dicen de mí: “Él sólo habla en enigmas”!».