10. Pero Moisés insistió:—SEÑOR, tú sabes que nunca me he distinguido por ser un buen orador. Es un problema que tengo desde mucho antes de que tú me hablaras. ¡Me cuesta mucho trabajo expresarme bien!
11. —¿Quién hizo la boca? —le preguntó el SEÑOR—. ¿No la hice yo, el SEÑOR? ¿Quién hace que el hombre pueda o no pueda hablar, que vea o no vea, que oiga o no oiga?
12. Ahora vé y haz lo que te dije, porque yo te ayudaré a expresarte bien, y te diré lo que tienes que decir.
13. Moisés le dijo:—SEÑOR, por favor, envía a otra persona.
14. El SEÑOR se enojó con Moisés y le dijo:—¡Muy bien! Tu hermano Aarón habla bien. Él vendrá a buscarte y se alegrará mucho cuando te encuentre.
15. Yo te diré lo que tienes que decirle; yo los ayudaré a ambos para que hablen bien, y les diré lo que deben hacer.
16. Yo te diré lo que debes comunicarle a Aarón, y él hablará por ti al pueblo, y será como si tú mismo estuvieras hablándole a la gente.
17. Llévate la vara para que puedas realizar los milagros que te he mostrado.Moisés regresa a Egipto
18. Moisés volvió a casa y habló de esto con Jetro, su suegro.—Con tu permiso —le dijo Moisés—, iré a Egipto para ver cómo están mis hermanos. Ni siquiera sé si viven aún.—Vé con mi bendición —contestó Jetro.
19. Antes de que Moisés saliera de Madián, el SEÑOR le dijo:—No tengas miedo de regresar a Egipto, porque los que querían matarte han muerto.
20. Moisés tomó a su esposa y a sus hijos, los puso sobre un burro, y regresó a la tierra de Egipto, llevando en la mano la vara de Dios.
21. Y el SEÑOR le dijo:—Cuando hayas regresado a Egipto tienes que hacer delante del faraón los milagros que te mostré. Sin embargo, yo haré que el faraón se niegue a dejar salir al pueblo.