12. Después de esto, Mardoqueo regresó a su trabajo, pero Amán se retiró a su casa. Se sentía humillado.
13. Cuando les contó a su esposa Zeres y a todos sus amigos lo que había ocurrido, ellos le dijeron:—Si Mardoqueo es judío, no podrás destruirlo. ¡Oponerte a él será tu derrota!
14. Mientras aún discutían con él, los mensajeros llegaron para conducir a Amán rápidamente al banquete que Ester había preparado.