1. También investigué minuciosamente esto: que los justos y los sabios dependen de la voluntad de Dios; nadie sabe si Dios los favorecerá o no. Es cosa de azar.
4. Sólo para los vivientes hay esperanza. ¡Más vale perro vivo que león muerto!
5. Pues los que viven saben por lo menos que han de morir. Pero los muertos nada saben, ni siquiera tienen memoria.
6. Todo lo que hayan hecho en vida —amar, odiar, envidiar— es cosa remota y ellos ya en nada participan aquí en la tierra.
7. ¡Adelante, pues; come, bebe y alégrate; pues Dios ya se ha agradado de tus obras!
8. Usa buena ropa y un poquito de perfume.
9. Date buena vida con la mujer que amas en los fugaces días de la vida, pues la esposa que Dios te da es la mejor recompensa por tu trabajo aquí en la tierra.
10. Haz bien todo lo que emprendas, porque en la muerte, a la cual vas, no hay trabajo, planes, saber ni entendimiento.