11. Como Dios no castiga instantáneamente a los pecadores, la gente cree que puede hacer el mal impunemente.
12. Pero aunque el ser humano peque cien veces y continúe viviendo, sé que le irá mejor a quien teme a Dios y le guarda reverencia.
13. En cambio, los malos, no tendrán larga y próspera vida: sus días serán tan efímeros como sombras, porque no temen a Dios.
14. Algo raro ocurre aquí en la tierra: pues hay gente justa a quien le va como si fuera malvada, y hay malvados a quienes les va como si fueran justos. Esto mortifica y molesta.
15. Entonces resolví dedicar la vida a divertirme, pues pensé que no había en el mundo nada mejor que comer, beber y alegrarse, con la esperanza de que esta felicidad permanecería en medio del duro trabajo que Dios asigna a la humanidad en todas partes.