Eclesiastés 12:6-14 Nueva Biblia al Día (NBD)

6. Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven, antes que se rompa el cordón de plata, se quiebre la escudilla de oro y el cántaro se quiebre junto a la fuente y la rueda se haga trizas en la cisterna;

7. y el polvo vuelva a la tierra de donde vino, y el espíritu regrese a Dios que lo dio.

8. Vanidad tras vanidad, dice el Predicador; todo es vanidad.

9. Pero luego, ya que el Predicador era sabio, continuó enseñándole al pueblo todo lo que sabía; y recogió proverbios y los clasificó.

10. Porque el Predicador no sólo era un sabio, sino un buen maestro; no sólo enseñaba al pueblo, sino que lo hacía de modo interesante.

11. Las palabras del sabio son como aguijones que mueven a la acción. Destacan importantes enseñanzas. Los alumnos que captan lo que sus maestros dicen son listos.

12. Pero tú, hijo mío, date por advertido: son infinitas las opiniones que pueden expresarse. Su estudio puede prolongarse eternamente, y volverse gran fatiga.

13. Y esta es mi conclusión definitiva: teme a Dios y obedece sus mandamientos, porque esto es lo más importado para todo hombre y mujer.

14. Porque Dios nos juzgará por cuanto hacemos, inclusive lo oculto, sea bueno o malo.

Eclesiastés 12