9. Pero ¡cuidado! No olviden jamás lo que Dios hace por ustedes. Cuenten a sus hijos y a sus nietos los gloriosos milagros que él ha hecho.
10. Cuéntenles especialmente acerca del día en que estuvieron delante del SEÑOR en el monte Horeb, y él me dijo: “Reúne al pueblo delante de mí, y yo les enseñaré, para que aprendan a obedecerme y también para que les enseñen estas leyes a sus hijos”.
11. Ustedes se reunieron al pie del monte y el monte ardía con fuego en medio de la oscuridad,
12. y el SEÑOR les habló desde el fuego. Ustedes oyeron sus palabras y nada más, pero ¡nunca lo vieron!
13. Esa fue la manera con la que Dios proclamó sus leyes que ustedes deben obedecer. Son los Diez Mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.
14. En aquel tiempo el SEÑOR me ordenó que les entregara las leyes que deben obedecer tan pronto entren en la tierra prometida.
15. »Pero ¡cuidado! Ustedes no vieron la figura de Dios el día en que les habló desde el fuego en el monte Horeb,
18. de reptil que se arrastre sobre la tierra, o de pez.
19. No levanten la vista a los cielos para adorar al sol, la luna o las estrellas. El SEÑOR le ha tolerado esto a otras naciones, pero no a ustedes.
20. El SEÑOR los ha rescatado de Egipto (tan destructor como un horno) para que sean su pueblo escogido, su heredad. Esto es lo que ustedes son hoy.
21. El SEÑOR se enojó conmigo a causa de ustedes. Juró que yo no cruzaría el río Jordán para entrar a la buena tierra que él les ha dado a ustedes como heredad.
22. Ustedes la poseerán, pero yo moriré aquí, a este lado del río.
23. Cuídense de no quebrantar el pacto del SEÑOR su Dios. Si se fabrican ídolos, lo estarán quebrantando, porque el SEÑOR, el Dios de ustedes, lo ha prohibido.