4. pero dejó con vida a los que de ustedes permanecieron fieles a él.
5. »Estas son las leyes que ustedes deberán obedecer cuando lleguen a la tierra donde vivirán. Han sido dadas por el SEÑOR mi Dios.
6. Si las obedecen, obtendrán reputación de sabiduría e inteligencia. Cuando las naciones que los rodeen oigan estas leyes, exclamarán: “¿Qué otra nación es tan sabia y prudente como Israel?
7. Porque ¿qué otra nación, grande o pequeña, tiene a Dios entre ellos como el SEÑOR nuestro Dios está entre nosotros siempre que lo invocamos?
8. ¿Qué nación, no importa cuán grande sea, tiene leyes tan justas como las que les estoy dando hoy?
9. Pero ¡cuidado! No olviden jamás lo que Dios hace por ustedes. Cuenten a sus hijos y a sus nietos los gloriosos milagros que él ha hecho.
10. Cuéntenles especialmente acerca del día en que estuvieron delante del SEÑOR en el monte Horeb, y él me dijo: “Reúne al pueblo delante de mí, y yo les enseñaré, para que aprendan a obedecerme y también para que les enseñen estas leyes a sus hijos”.