2. Antes de comenzar la batalla, el sacerdote se pondrá de pie delante del ejército de Israel y dirá:
3. “Oye, Israel, ahora que sales a la batalla no tengas miedo.
4. El SEÑOR tu Dios va contigo. él peleará en favor tuyo contra tus enemigos, y te dará la victoria”.
5. »Enseguida los oficiales del ejército se dirigirán a sus hombres de esta manera: “¿Ha edificado alguno una casa nueva y no la ha estrenado? Si hay alguno en esta situación, váyase a su casa, no sea que muera en la batalla y otro la estrene.
6. ¿Acaba alguno de plantar una viña y aún no ha comido de su fruto? Si este es el caso, váyase a su casa, podría morir en la batalla y otro podría disfrutar de lo que no plantó.
7. ¿Se ha comprometido alguien en matrimonio? Bien, váyase a su casa y cásese, porque podría morir en la batalla y otro podría casarse con su novia.
8. ¿Hay alguno que tiene miedo? Si tiene miedo, que se vaya a su casa, antes que contagie con su miedo al resto del ejército”.
9. Cuando los oficiales hayan terminado de decir esto a sus hombres, anunciarán los nombres de los comandantes de los batallones.
10. »Cuando te acerques a una ciudad para pelear contra ella, primero ofrécele la paz.
11. Si acepta las condiciones de paz y te abre sus puertas, todo su pueblo pasará a ser tributario de ustedes.
12. Pero si rechaza las condiciones de paz, deberás sitiarla.
13. Cuando el SEÑOR tu Dios te la haya dado, matarás a todo varón de la ciudad,
14. pero conservarás para ti las mujeres, los niños, el ganado y el botín. Y podrás comer del botín de tus enemigos, que el SEÑOR tu Dios te entregó.
15. Estas instrucciones se aplican sólo a ciudades que están distantes y no pertenecen a las naciones vecinas.