30. »Pero el rey Sijón se negó, porque el SEÑOR nuestro Dios hizo que se endureciera, para poder destruir a Sijón con las manos de Israel como ahora ya lo ha hecho.
31. »Y el SEÑOR me dijo: “He comenzado a darles la tierra del rey Sijón. Cuando tomen posesión de ella, pertenecerá para siempre a Israel”.
32. »El rey Sijón entonces nos declaró la guerra y movilizó sus fuerzas en Yahaza.
33-34. Pero el SEÑOR, nuestro Dios, lo entregó en nuestras manos y conquistamos todas sus ciudades y destruimos completamente todo, incluyendo mujeres y niños.
35. Nada dejamos con vida salvo el ganado, el que tomamos como botín, juntamente con lo obtenido del saqueo de las ciudades que habíamos tomado.