1. »Luego regresamos al desierto camino del Mar Rojo, como me había ordenado el SEÑOR. Durante muchos años vagamos por los alrededores del monte Seír,
2. hasta que al fin el SEÑOR dijo:
3. “Ya han permanecido demasiado tiempo en este monte. Vuelvan al norte.
4. Informa al pueblo que pasarán por el territorio de sus hermanos los edomitas, descendientes de Esaú, que viven en Seír; los edomitas sentirán temor, de modo que ¡cuidado!
5. No presenten batalla. Yo les he dado a ellos el monte Seír como posesión permanente, y no les daré a ustedes nada que les pertenezca a ellos.
6. Páguenles el alimento y el agua que consuman.
7. El SEÑOR, el Dios de ustedes, los ha cuidado y bendecido durante los cuarenta años que han peregrinado en este gran desierto, y nada les ha faltado durante todo este tiempo”.
8. »Así fue que pasamos a través de Edom, territorio de nuestros hermanos los hijos de Esaú, cruzamos el camino del Arabá que va hacia el sur a Elat y Ezión Guéber, y tomamos rumbo al norte, hacia el desierto de Moab.
9. Entonces el SEÑOR me advirtió: “No ataques ni provoques a los moabitas, porque yo no les daré a ustedes la tierra de ellos, la región de Ar; la he dado a los descendientes de Lot”.
15-16. Sí, la mano del SEÑOR estuvo contra ellos hasta que todos murieron.
33-34. Pero el SEÑOR, nuestro Dios, lo entregó en nuestras manos y conquistamos todas sus ciudades y destruimos completamente todo, incluyendo mujeres y niños.